El historiador y profesor repasó los hechos del 17 de octubre de 1945, fecha clave del peronismo, y reflexionó sobre el significado de la lealtad popular hacia Juan Domingo Perón. Sostuvo que aquella movilización fue absolutamente espontánea.
16:14 | Viernes 17 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Rojo recordó que Perón se encontraba detenido y enfermo en la Isla Martín García, y que fue trasladado al Hospital Militar en la madrugada del 16 de octubre. “Ya se hablaba de una movilización con características absolutamente espontáneas, no violentas, fue una especie de telepatía colectiva”, señaló.
Según explicó, la noticia del traslado se difundió rápidamente y provocó una movilización masiva. “La gente de Berisso, Avellaneda, Quilmes y de toda la provincia de Buenos Aires comenzó a movilizarse sin que nadie los dirigiera. Era una multitud impresionante. Algunos fueron a Campo de Mayo, otros al Hospital Militar”, relató.
El historiador contó que el propio Perón estaba sorprendido por la magnitud del movimiento popular. “Preguntaba si era cierto que había tanta gente. No lo podía creer. El gobierno tampoco sabía cómo reaccionar. No se ordenó reprimir porque era imposible: se hablaba de entre 500 mil y un millón de personas en un país que tenía apenas 15 millones de habitantes”, precisó.
Rojo también destacó que hubo movilizaciones en otras provincias: “En Salta, Córdoba, Rosario, Santa Fe y Mendoza también hubo concentraciones espontáneas. Todo el país seguía los acontecimientos por radio, el medio favorito de Perón para comunicarse con la gente”.
La situación se definió al caer la tarde, cuando Perón negoció con el general Ábalos, jefe de Campo de Mayo y uno de sus opositores. “Perón pedía que lo dejaran hablar. A las 23 horas habló desde el balcón, dio un discurso emotivo, pidió que la gente se desconcentrara y ya tenía asegurada la salida política: las elecciones del 24 de febrero de 1946”, recordó.
El profesor remarcó la magnitud histórica de aquel día: “Fue una de las pocas movilizaciones realmente espontáneas de la historia argentina. La CGT había convocado a un paro para el 18, o sea que el 17 fue una reacción puramente popular”.
Rojo comparó aquel fenómeno con otras grandes concentraciones del siglo XX. “Después hubo movilizaciones masivas, pero ya no tan espontáneas. Quizás las últimas de ese tipo fueron las de la guerra de Malvinas o las de Alfonsín, como cuando dijo ‘la casa está en orden’”, mencionó.
Finalmente, reflexionó sobre el significado del Día de la Lealtad: “Se llama así porque fue una lealtad entre Perón y la gente, sin intermediarios. Para mí, esa lealtad termina el 30 de octubre de 1983, cuando gana Alfonsín. Ahí el peronismo pierde la idea de que el solo hecho de ser peronista bastaba para ganar. La sociedad cambió y el voto empezó a mirar otras propuestas”.
“Por eso —concluyó Rojo— el 17 de octubre fue un acto de amor político. Como decía Raymond Chandler, ‘de qué hablamos cuando hablamos de amor’; nosotros podríamos preguntarnos ‘de qué hablamos cuando hablamos de peronismo’. Aquella lealtad fue única, irrepetible y marcó para siempre la historia argentina”.