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El veto de Donald Trump a Huawei ya golpea a otras empresas y se teme un fuerte impacto negativo

El fabricante de chips estadounidense Broadcom prevé una caída de US$ 2.000 millones en sus ingresos este año. Inquietud de otras firmas.

Viernes 14 de Junio de 2019

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17:36 | Viernes 14 de Junio de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La millonaria pérdida de ingresos estimada por la estadounidense Broadcom, una de las mayores fabricantes mundiales de chips, es una nueva muestra de que el veto del presidente Donald Trump a Huawei no solo golpea al gigante chino de las comunicaciones sino también a la industria local, y sus consecuencias amenazan las relaciones de China con otros países.

 

En el plano tecnológico, esta disputa mostró este viernes sus consecuencias con la previsión a la baja de Broadcom, que prevé perder 2.000 millones de dólares en sus ingresos anuales por la prohibición de venderle sus procesadores a Huawei.

 

La compañía, que el jueves presentó sus resultados de su segundo trimestre fiscal, ingresó unos 900 millones de dólares (el 4,3% del total) directamente de Huawei, que usa sus chips y circuitos para móviles y estaciones de redes, según informó EFE Dow Jones tras la conferencia con analistas ofrecida por su consejero delegado, Hock Tan.

 

Broadcom, que con su revisión a la baja prevé facturar este año fiscal unos 22.500 millones de dólares, también ha incumplido sus objetivos de ingresos para el segundo trimestre fiscal, debido a la reducción de las ventas de sus operaciones móviles y a la debilidad provocada por las tensiones con China.

 

Pocos fabricantes tecnológicos que venden componentes a Huawei han dado a conocer sus resultados financieros desde que Washington incluyó a mediados de mayo a la compañía china en un lista negra y dio tres meses de plazo para que las empresas estadounidenses rompieran lazos comerciales con ella.

 

A la vista de la previsión de Broadcom, se teme que la medida termine siendo muy perjudicial para las cuentas de las empresas de semiconductores estadounidenses, como Qualcomm o Intel, que ya están empezando a revisar también sus previsiones.

La medida contra Huawei -a la que Estados Unidos acusa de hacer espionaje para el gobierno de Beijing- buscó asestar un golpe a la cadena de producción de la firma china, principal fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones y segunda de smartphones, que mostró esta semana las primeras consecuencias tangibles del golpe.

 

El martes canceló el lanzamiento del nuevo modelo de sus notebooks de la serie "Matebook" porque, según informó la cadena CNBC, ante la escasez de procesadores debido al boicot, no estaba en condiciones de abastecer la demanda.

 

Este viernes anunció que postergará el lanzamiento -previsto para este mes- de su primer smartphone plegable, el Mate X, y si bien no detalló que el motivo fuera la falta de suministros, un ejecutivo de la empresa indicó que aún se debatía con qué sistema operativo funcionaría, dado que laprohibición comercial también tocó a Android (de Google).

Tras conocerse la revisión a la baja de Broadcom, las acciones de las compañías de semiconductores abrieron este viernes a la baja en las bolsas europeas y se cambiaban también con descensos en las operaciones fuera de mercado.

 

La fase tecnológica del enfrentamiento de Trump con China, con la campaña internacional contra Huawei como ariete, podría tener serias consecuencias en países como el Reino Unido, mientras que la pata comercial de la disputa amenaza con agujerear la economía doméstica.

 

Fuerte reclamo de más de 500 empresas

Los temores quedaron de manifiesto cuando cuando grandes firmas como Walmart, Levi, Gap y otras 658 entidades norteamericanas le pidieron a Trump que evite una escalada en la "guerra comercial", en una carta en la que advirtieron que la imposición de nuevos aranceles al gigante asiático reduciría el PBI estadounidense en 1% y costaría más de 2 millones de empleos.

 

La iniciativa forma parte de una campaña contra la subida de los aranceles que han puesto en marcha más de 150 asociaciones de varios sectores económicos en EE.UU., entre ellos el comercio minorista, la industria, la tecnología y la agricultura. La carta está firmada por 661 entidades: 141 asociaciones empresariales y 520 compañías.

 

Los firmantes tomaron esta decisión ante la posibilidad de que Estados Unidos extienda aranceles adicionales del 25% a los productos chinos que no están grabados, valorados en 300.000 millones de dólares.

La carta afirma que la imposición de nuevos aranceles tendrá un impacto "significativo, negativo y a largo plazo" en la economía estadounidense, en los negocios y en las familias.

 

Según el texto, los aranceles "no son una herramienta eficaz" para cambiar las "injustas prácticas comerciales" de China porque recaen directamente en las empresas estadounidenses.

Las compañías y asociaciones firmantes piden a la Casa Blanca que vuelva a la mesa de negociación y que trabaje con los aliados de Estados Unidos en la búsqueda de soluciones realistas.

"Una escalada de la guerra comercial no interesa a nuestro país y perjudicará a las dos partes", subraya la carta.

Los impulsores de la iniciativa calculan que una suba adicional de los aranceles, sumada a las ya aplicadas, supondría la pérdida de más de dos millones de puestos de trabajo en EE.UU. y costaría una media de 2.000 dólares a cada familia estadounidense.

El pasado 20 de mayo un grupo de más de 170 compañías, incluidas las multinacionales Nike y Adidas, reclamaron a Trump que eliminase el calzado de la lista de productos chinos cuyas importaciones podrían verse afectadas por aranceles del 25%.

Fuente: agencias

 

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