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A solas con Santiago del Moro: de Masterchef Celebrity y el debut de Claudia Villafañe a cómo le contó a sus hijas que tenía coronavirus

A una semana de regresar a la pantalla de Telefe con el reality de cocina que desafiará a los famosos, el conductor habló en exclusiva con Teleshow

Domingo 27 de Septiembre de 2020

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12:33 | Domingo 27 de Septiembre de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El interior de una especie de cilindro amarillo acanalado desemboca en un Santiago del Moro que se ubica allá atrás, aunque sin perder protagonismo en la imagen. Su cara bien iluminada y el fondo algo más difuso incrementan su centralidad: la mirada se dirige hacia su figura como una única opción. El cuadro parece bien pensado. Y hasta se intuye cierta pretensión artística. Nada de eso. El conductor armó ese plano de pura casualidad para esta videollamada.

“Eso que ves es un lapicero con el que sostengo el celular sobre el escritorio”, explica Santiago con una sonrisa, esfumando la magia de la composición. “Los que tenemos hijos chiquitos tratamos de buscar algún rincón de la casa donde estemos más protegidos, por el quilombo de los Zoom del colegio y todo eso. Pero bueno, la llevamos bien”.

Para los planos bien pensados y la magia -en este caso televisiva- habrá que esperar unos pocos días más: el lunes 5 de octubre a las 22.30 el conductor debutará con Masterchef Celebrity, junto a 16 famosos -Vicky Xipolitakis, Flor Vigna, El Polaco y Fede Bal, entre otros- que deberán demostrar sus habilidades culinarias. O cuanto menos disimular sus torpezas, nada menos que en el primer time de Telefe.
 

—Hablando de la cocina, el programa tiene un condimento extra: Claudia Villafañe.

 

—Es importante que Claudia se haya animado a dar este paso. Es una figura de relevancia casi mundial, diría. Pero yo quería que estuviese en el programa porque es una mujer muy cálida, humana. Aparte cocina muy rico: yo he probado los famosos ñoquis de la Claudia. Ella tiene que demostrar en la tele todo eso que sabe, en un formato muy amable para que esté. Ahora... no deja de ser una participante más. Nadie tiene nada ganado: no porque uno sea un poco más famoso que otro tendrá una ventaja.

—¿Hubo algún famoso que hayas sugerido, o que te quedaste con las ganas de que participara?

 

—Mirá, cada uno hizo su lista: por parte de la productora, del canal, de nosotros. Pero los que están son los que tenían que estar. Obviamente que hay muchos nombres que no llegaron y particularmente me hubieran encantando. No vale la pena decirlos porque a lo mejor en algún momento van a estar. Y los 16, están bárbaro: cada uno representa a un montón de gente que se va a sentir identificada al verlos cada noche.

—Si un día te hacen dejar el rol de conductor y te hacen cocinar al aire, ¿con qué plato la rompés?

 

—La ventaja que tuvimos los que nos vinimos a estudiar del Interior, yo me vine (desde Tres Algarrobos) a los 17 años, es que tenés que aprender a cocinar o morís, ya a la tercera semana, con empanadas y pizzas, ya está. Además, cocinamos con lo que hay, ¿entendés? Con dos latas y una cebolla te hago cualquier cosa, me las rebusco con lo que sea. Una pasta, un risotto, una carne. Eso sí, soy muy malo para lavar y no hago postres. Pero comida salada, para los que sean, yo cocino, despreocupate.

—¿Y un recuerdo al que te transporte la comida?

 

—A mí me pasaba algo con mi abuela: su pasta del domingo. El olor cuando llegaba a la casa, ese olor de los ñoquis o los ravioles estirados en la mesa de madera, que es la mesa que yo tengo en mi casa hoy, con ese vapor de la cocina y ese olor al tuco con el extracto de tomate, ese rojo, que lo hacían durante cinco o seis horas, burbujeante, ese estofado, viste; esa pasta de mi abuela me transporta. Después, la torta marmolada que hacía mi tía Angelita, las papas fritas y las milanesas que hacía mi vecina Mary. Hay un montón de comidas que me arrastran por mi historia.

El conductor describe una dinámica en Masterchef Celebrity que irá variando, con participantes y jurados invitados para ciertas ocasiones, en un programa que “apunta a la familia, a la competencia pero del lado positivo, a volver a la cocina, a los valores, a reencontrarse con la historia de uno mismo a través de los platos”. Y destaca: “Enfocar ahí en este momento tan hostil del mundo será una celebración todas las noches”.

Santiago lo dice con propiedad: el 2 de septiembre comunicó que se había contagiado de coronavirus, luego de un brote en La 100, radio en la que conduce El Club Del Moro. “No está bueno que te digan que tenés COVID, más allá de que yo no tenía síntomas -cuenta-. La verdad que si yo cuento algo tremendo, no lo viví. Pero soy muy respetuoso con mis palabras porque sé que pasan cosas tremendas. De hecho, tenemos miles de muertos”.

—Vos, ¿cómo estás después de haberte recuperado?

—Ahora pienso: “Lo pasé sin síntomas mayores, ya está, estoy inmune por un tiempo. Está...”. Pero la verdad que es un tema para tomárselo con mucho respeto y vivirlo de acuerdo a lo que te toca, estando muy atento a escuchar tu cuerpo, a ver cómo reaccionás. Gracias a Dios tenemos un sistema de salud que es de excelencia en el mundo, porque lo que pasa con nuestra salud no pasa en otras partes. Es cierto que el sistema está por momentos colapsados, pero hemos estado a la altura de las circunstancias. Y eso es muy importante.

—A mí me gusta hablar de las cosas muy claras, con la verdad, sin llenarlos de miedos. Todo el tiempo me pregunto qué les va a quedar a los chicos de esto. A la edad de mi hijita más chica yo pasé una inundación, y hoy lo veo como si fuera una película: en ese momento no me daba cuenta de la dimensión de todo. Ojalá que la saquen bien, aunque depende de la edad: yo tengo hijas muy chiquititas (Catalina tiene 10 años y Amanda, siete) y puedo contener algunas situaciones, pero para chicos un poco más grandes debe ser mucho más difícil. A un chico que está empezando a salir, que está teniendo sus primeros encuentros sexuales, que está terminando el secundario, esos momentos de la adolescencia que son claves, esto lo marca fuerte. Pero nadie está exento. Por eso, cuando se hace un recorte un poco naif: “El COVID llegó a los medios”... ¡el COVID llegó al mundo! Está en todos lados. Y si te gusta bien, y sino también, porque es la que nos tocó vivir en este momento.

Santiago hace un pausa. Piensa. Y vuelve a hablar con claridad. “Mi familia y yo la hemos pasado bien, gracias a Dios. Pero hay compañeros que la han pasado más o menos, hay gente que uno ve que la pasa horrible, y hay víctimas fatales. Todo mi respeto para quienes la pasan mal; no fue mi caso. Por eso no me gusta hablar tanto del tema porque, como no fue mi caso, no me quiero poner como ejemplo. Los que vivimos acá sabemos que tarde o temprano el virus te encuentra. Es muy difícil, muy muy difícil... Tomamos todas las medidas, los recaudos, y por momentos pensás: ‘No alcanzó’. Y por otro lado, son tantos meses (de cuarentena) que se hace muy difícil. Yo trato de entender todas las posturas. Ahora, no queda otra que cuidarse".

—¿Cómo es hacer radio desde casa?

—Reloco. Me levanto, me lavo los dientes y la cara, bajo y me siento ahí, hablando solo. Pero están mis compañeros: uno montó el estudio en su vestidor, otro en el living, otro en la cocina. Yo lo puse en el living, en la punta de una mesa: me pongo el mate y me quedo cuatro horas hablando. Mis hijas se levantan y me miran a lo lejos, hablando solo. Si hubiese pensado esto hace un tiempo hubiera creído que era una locura. Pero creo que con esta pandemia, el mundo avanzó 15 o 20 años con las telecomunicaciones. Y hay cosas que ya no vuelven atrás.

La entrevista por videollamada -obligatoriamente necesaria- impide avizorar sensaciones: todo queda recortado y sujeto a falsas impresiones, como aquel cilindro amarillo acanalado, un simple lapicero. Y sin embargo, el entusiasmo de Santiago del Moro desafía la virtualidad: es innegable. Además del hecho de regresar con un programa en Telefe, su debut debe tener gusto revancha temprana.

“En el verano surgió la posibilidad de que yo hiciera una edición de Masterchef, pero quedó en la nada porque iba a conducir Trato Hecho -recuerda-. A principios de marzo teníamos todo preparado: una mega escenografía espectacular ya lista, el equipo, la apertura y la promo grabadas... ¡Todo preparado para salir con Trato Hecho! Y la pandemia nos cruzó y nos paró, como a todo el mundo. Entramos en stand by. Hasta que surge la posibilidad de hacer Masterchef Celebrity. Y no fue casualidad, sino causalidad: este era el formato que yo tenía que hacer en la pandemia. Todo el mundo volvió a la cocina, a reencontrarse con ese hábitat que para muchos era un lugar olvidado de la casa. Todo el mundo volvió a las bases”.

 

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