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Los primeros resultados electorales en Alemania arrojan una ligera ventaja a los socialdemócratas sobre los conservadores de Merkel

Olaf Scholz obtendría un 25-26% y Armin Laschet un 24-25%. Si se confirman estas cifras, ambos podrían tratar de formar Gobierno por separado

Domingo 26 de Septiembre de 2021

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20:11 | Domingo 26 de Septiembre de 2021 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Los socialdemócratas de centro-izquierda aventajan por menos de un punto a los conservadores de la canciller Angela Merkel, según los sondeos a pie de urna, en una de las elecciones más imprevisibles de las últimas décadas en la mayor economía de Europa.

Simpatizantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU) reaccionan tras los primeros sondeos a pie de urna de las elecciones generales en Berlín, Alemania, el 26 de septiembre de 2021. REUTERS/Fabrizio Bensch
Simpatizantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU) reaccionan tras los primeros sondeos a pie de urna de las elecciones generales en Berlín, Alemania, el 26 de septiembre de 2021. REUTERS/Fabrizio Bensch

Los sondeos publicados por la televisión pública tras el cierre de los colegios electorales a las 18:00 horas (1600 GMT) situaban a los democristianos de Merkel y a su candidato, Armin Laschet, con alrededor del 24-25% de los votos, casi empatados con los socialdemócratas, que llevan a Olaf Scholz como candidato, con un 25-26%.

Una persona voya en las elecciones generales en Berlín, Alemania. 26 septiembre 2021. REUTERS/Fabrizio Bensch
Una persona voya en las elecciones generales en Berlín, Alemania. 26 septiembre 2021. REUTERS/Fabrizio Bensch

Dada la alta proporción de votantes que enviaron su papeleta por correo, los resultados finales aún podrían deparar sorpresas en el transcurso de la noche.

Las elecciones del domingo marcan el final de los 16 años de Merkel en el poder, y también empujan a Alemania, sinónimo de estabilidad, a un nuevo período de incertidumbre política.

Si no hay nada que separe a los dos partidos principales, tanto la CDU-CSU como el SPD podrían tratar de formar por separado en una lucha por el poder, un proceso largo que podría dejar a Alemania en la escena internacional durante algún tiempo.

“Esta será una larga noche electoral, eso es seguro”, dijo el candidato a canciller de los socialdemócratas, Olaf Scholz, a sus partidarios jubilosos. “Pero también es cierto que muchos pusieron su cruz por el SPD porque quieren que el próximo canciller de Alemania se llame Olaf Scholz”, añadió.

Scholz, de 63 años, se convertiría en el cuarto canciller del SPD de la posguerra después de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schroeder. Ministro de Finanzas en la incómoda “gran coalición” gobernante de Merkel, es un exalcalde de Hamburgo, donde nacieron Merkel y Schmidt.

El principal rival de Scholz, el candidato conservador a canciller Armin Laschet, dijo que la elección fue una carrera “cabeza a cabeza” y señaló que los conservadores aún no estaban dispuestos a conceder una derrota. “No tenemos un resultado final claro, no hay cifras determinadas... Haremos todo lo posible para formar un gobierno liderado por los conservadores, porque Alemania necesita una coalición orientada al futuro que modernice nuestro país”, dijo Laschet, de 60 años, a sus moderados partidarios.

La atención se desplazará ahora a las discusiones informales que antecederán a negociaciones de coalición más formales, que podrían llevar meses, dejando a Merkel a cargo en un rol provisional. “Todo esto se tratará de lograr acuerdos entre múltiples actores, y varias opciones parecen posibles”, dijo Carsten Nickel de la consultora de riesgo político Teneo. “Las conversaciones podrían llevar algún tiempo”.

Trabajadores electorales preparan las cartas de votación por correo durante las elecciones generales alemanas, en Múnich, Alemania, el 26 de septiembre de 2021. REUTERS/Michaela Rehle
Trabajadores electorales preparan las cartas de votación por correo durante las elecciones generales alemanas, en Múnich, Alemania, el 26 de septiembre de 2021. REUTERS/Michaela Rehle

Por detrás de los dos grandes partidos quedarían Los Verdes, que obtendrían un 15 por ciento de votos, mientras que el Partido Liberal Demócrata (FDP) lograría un 11 por ciento de apoyo. Por detrás quedan la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, 11 por ciento) y La Izquierda (5 por ciento).

Estas cifras suponen una importante mejoría para el SPD y su candidato, Olaf Scholz, con respecto a 2017, cuando logró un 20,5 por ciento de apoyo, aunque está lejos de la clara victoria que esperaban para poder formar gobierno cómodamente. La alianza CDU/CSU queda en cambio lejos del 32,9 por ciento de respaldo de 2017 en las primeras elecciones sin Angela Merkel como candidata en 16 años.

En una votación compleja, los alemanes eligieron a los diputados que integrarán el Bundestag, representantes que luego tendrán la responsabilidad de formar una coalición gobernante. Los votantes tienen dos casillas para marcar en su boleta. Votaron en primer lugar, en su circunscripción, por un candidato al Bundestag, es decir un legislador. El que gane tendrá un lugar en el Parlamento.

Por otro lado, y por el sistema electoral del país, votaron una segunda opción, en este caso no directa sino proporcional, una lista de representantes de un partido político. Un sistema de contrapesos, muy equilibrado y que intenta no generar mayorías, asigna escaños de acuerdo con los porcentajes logrados por cada formación.

CAMBIO DE ERA

 Angela Merkel
Angela Merkel

Merkel planea dimitir después de las elecciones, lo que convierte la votación en un evento que cambiará una era y marcará el rumbo futuro de la economía más grande de Europa.

La canciller alemana se ha destacado en el escenario europeo casi desde que asumió en 2005, cuando George W. Bush era presidente de Estados Unidos, Jacques Chirac estaba en el Palacio del Elíseo en París y Tony Blair era primer ministro británico.

“Esta ha sido una elección única en una generación”, dijo la legisladora de los Verdes Katrin Goering-Eckardt.

Después de una campaña electoral centrada en el país, los aliados de Berlín en Europa y otros lugares podrían ver pasar meses antes de que el nuevo gobierno alemán esté dispuesto a involucrarse en asuntos extranjeros.

Una disputa entre Washington y París por un acuerdo para que Australia compre submarinos estadounidenses en lugar de franceses ha puesto a Alemania en una situación incómoda entre sus aliados, pero también le da a Berlín la oportunidad de ayudar a sanar las relaciones y reconsiderar su postura común sobre China.

En política económica, el presidente francés Emmanuel Macron está ansioso por forjar una política fiscal europea común, que los Verdes apoyan pero que el bloque CDU/CSU y el FDP rechazan. Los Verdes también quieren “una expansión masiva en energías renovables”.

Cualquiera que sea la coalición que termine en el poder, los aliados de Alemania pudieron ver con cierta satisfacción una campaña electoral en la que prevaleció el centrismo y en la que el populismo que se ha arraigado en otros países europeos no logró abrirse paso.

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