Lo dijo Ben Ami Schargrodsky, médico psiquiatra del medio quien dialogó con Radio Fénix y se refirió al caso Romina Ríos. Brindó detalles sobre su paso por la escuela de Policías donde realizó test psicológicos. Aseguró que el 94 por ciento de los aspirantes, a su entender, no deberían ser habilitados. Por otro lado, consideró que un joven de 18 años no está capacitado para decidir sobre la vida de los demás y mucho menos portar un arma.
20:18 | Martes 17 de Febrero de 2015 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En el marco de los test psicológicos que se realizan en el ingreso a los trabajos, comentó que "no son matemáticos".
"No son test para determinar si una persona tiende a mentir o no", especificó.
En el caso Romina Rios y el ingreso a la policía, teniendo en cuenta que el principal sospechoso es un personal de la fuerza, comentó que, "fui a los test para la Policía y yo hubiera rechazado al 94 por ciento de los aspirantes porque no sabían responder cuánto era 93 menos 7".
"Para saber la capacidad de acción de un individuo, todos los test son orientadores", expuso.
A su entender, estos estudios que se le realizan a los aspirantes, no son parámetros para conocer el actuar de una persona.
Gatillo fácil
Schargrodsky fue el perito psiquiatra forense en el caso Belén Brizuela y se refirió al actuar del policía que impactó una bala en el rostro de la joven. "En ese caso más que al policía, que sí era el responsable porque en el interrogatorio no mostró el menor arrepentimiento sino porque fue el mejor alumno en la escuela y saqué la conclusión que la Escuela de Policía entrena a los policías para que nos les importe matar".
"Dejé de hacer los psicofísicos para la escuela de Policías", indicó.
Respecto del perfil de un homicida, sostuvo que "no existe eso". "Creo que los psicofísicos que se hacen no son rigurosos, porque cuando planteé que hubiera dejado el 97 por ciento de los aspirantes afuera, los aprobé pero renuncié a seguir haciéndolo", apuntó.
Respecto de la edad del imputado, dijo que "sí tiene que ver". "Un chico de 18 años no tiene la experiencia de vida suficiente para poder cargar un arma reglamentaria. Es demasiado joven para saber tomar decisiones que impliquen en la vida de las personas", expuso.
"Un chico para poder manejar el arma y tomar una decisión, cuándo va a saber sacarla", cuestionó.
Femicidio
"Nos pasa como sociedad que estamos en una sociedad anómica. La anomia es una palabra que implica falta absoluta de valores. Se perdieron todos los valores como sociedad, como patria, como justicia, como familia y como religión que eran indiscutibles", asumió el profesional.
A su entender, "esos valores eran cosas intocables que hoy en día, con solo prender la televisión y ver el programa de Tinelli, se hacen cosas que antiguamente eran impensadas. "Somos televisióndependiente, cada ser humano se pasa una a cuatro horas diarias delante de una pantalla", agregó.
"La tecnología terminó trasformándonos en un apéndice de las máquinas, somos servidores de las máquinas", aseguró y sostuvo que "tenemos casi nula decisión frente a lo que las máquinas nos dicen".
Crimen Pasional
Ese término fue rechazado por la sociedad en su conjunto. A entender del psiquiatra, "la pasión es una sensanción desmedida provocada por un sentimiento". "Puede haber un crimen pasional por una pelea entre Boca y River", indicó.
"La pasión existe", aseguró el profesional y continuó diciendo que por celos "se puede matar porque te sentís disminuido como hombre".
"Las mujeres suelen ser distintas en su modo de actuar y no estoy generalizando porque todos somos seres humanos, pero en general los varones son leche hervida: estallan y pueden llegar a matar", especificó.
"Las mujeres muchas veces llevan a una situación de este tipo porque arman una tela de araña, tiran del último hilo y recuerdan episodios anteriores", apuntó.
Quemar el cadáver
"En general es porque se busca borrar huellas", dijo sobre la acción de quemar el cuerpo de una persona fallecida.
"Evidentemente lo que no querían era que encuentren un cadáver", opinó sobre la actuación del agente imputado por el crimen de Romina.
Emoción violenta
A entender del psiquiatra, "una cosa es el impulso y la otra la compulsión. El primero es cuando tengo la necesidad imperiosa de hacer algo malo que se que me va a perjudicar pero no controlo, no pasa por mi corteza cerebral, no pasa por mi conciencia, voy y lo hago. La compulsión es distinta, tengo ese sentimiento, pasa por el freno moral, discuto conmigo mismo, pero la pulsión es tan grande que lo termino haciendo".
"La compulsión es penalmente activa, el impulso no, y no lo puedo frenar", expresó.
Respecto de las personas que tienen cierto grado de autoridad, sostuvo que "eso hace que los frenos morales se ablanden. El poder corrompe".
"El poder corrompe porque vos te creés por encima del resto, crees que la ley está hecha para los demás no para vos", sostuvo.
A su modo de ver, "no tendríamos tantas cuentas en Suiza de argentinos que sacaron plata ilegalmente fuera del país".
El caso Romina, dijo "podría haber sido al revés". "El mismo Tango plantea que el amante no es el que tiene la culpa sino una mujer infiel", indicó sobre la idiosincracia argentina y el inconsciente colectivo.
