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Juan Manuel Santos: "Hacer la paz es más difícil que hacer la guerra"

El presidente dijo que está dispuesto a arriesgar su capital político por el pacto.

Domingo 25 de Septiembre de 2016

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14:00 | Domingo 25 de Septiembre de 2016 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se le fue la vida y buena parte de su capital político tras el acuerdo de paz que selló su gobierno con las FARC. Pero esto no parece afectarlo: "Hacer la paz, increíblemente, es más difícil e impopular que hacer la guerra, pero uno no gobierna por la popularidad, sino por lo que es mejor para el país. Estoy dispuesto a jugarme todo mi capital político por ello", dice. No es la única definición tajante que hace sobre el acuerdo histórico que mañana oficializará y que pondrá a disposición del voto de los colombianos en el plebiscito del próximo 2 de octubre. "Con este acuerdo no habrá más víctimas, ni más jóvenes en la guerra", sostiene durante una entrevista vía e-mail con LA NACION.
 
-¿Qué evaluación hace de estos años de negociaciones para llegar a un acuerdo con las FARC?
 
-Estoy convencido de que tenemos el mejor acuerdo posible para poner fin a un conflicto de más de 50 años y empezar a construir una paz estable y duradera en Colombia. Con este acuerdo no habrá más víctimas, ni más jóvenes en la guerra. Los desplazados podrán volver a sus tierras, y Colombia podrá desarrollar todo su enorme potencial como nación.
 
-¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que le tocó vivir en este proceso y cómo los sorteó?
 
-Desde el principio sabía que este proceso sería complejo y lleno de dificultades, y que la perseverancia sería fundamental. Las conversaciones, entre sus fases secreta y pública, duraron más de cinco años y, como es natural, tuvieron muchos altibajos. El objetivo era terminar la guerra. Para lograrlo, nos preparamos muy bien y estudiamos los errores y aciertos de muchos procesos anteriores de negociación, tanto en Colombia como de otros países. Conformé un equipo negociador y de asesores del más alto nivel, excepcional. Nos rodeamos de naciones y gobiernos que nos pudieran acompañar en todo el camino y vinculamos a los militares al proceso. Gracias a todo esto, llegamos al objetivo, y ahora el pueblo colombiano tiene la última palabra para decir si acepta o no este acuerdo.
 
-¿Cuál es el gran desafío para el plebiscito del 2 de octubre?
 
-Le prometí a los colombianos que tendrían la última palabra y así será. El gran desafío para el 2 de octubre es que los colombianos vayan a las urnas y decidan con su voto si apoyan este acuerdo histórico que pone fin a un largo conflicto que no ha dejado nada bueno para este país. El acuerdo está en manos de los colombianos. Esta es la votación más importante de nuestras vidas. Tenemos el reto de dejar atrás un país que vive con miedo para entregarle a nuestras futuras generaciones un país más tranquilo, más seguro y equitativo. Pero el mayor reto viene después del 2 de octubre: trabajar en la construcción de un país en paz es una tarea de todos los colombianos, que estoy seguro juntos vamos a lograr.
 
-Muchos se oponen a que se les concedan escaños a las FARC en el Congreso. ¿Cómo piensa aplacar el descontento popular?
 
-Acabar el conflicto es acabar la política con armas. Estoy seguro de que los colombianos, al igual que yo, prefieren verlos defendiendo sus ideas en el Congreso que empuñando las armas.
 
-Usted logró un acuerdo histórico, pero las encuestas señalan que su popularidad baja. ¿A qué cree que se debe esto?
 
-Hacer la paz, increíblemente, es más difícil e impopular que hacer la guerra, pero uno no gobierna por la popularidad, sino por lo que es mejor para el país. Por terminar el conflicto armado más viejo del continente y dejarle a los colombianos un país mejor del que recibí, estoy dispuesto a jugarme todo mi capital político. Con esa convicción escogí por el camino difícil de la paz, y estoy satisfecho con el resultado.
 
-¿Cree que a usted se lo asimila con gobiernos de derecha que han surgido en América latina y que ello va en contra de la línea bolivariana que venía imperando hasta no hace mucho tiempo?
 
-No me detengo a analizar esas cosas. Lo que sí debo decir es que la línea política de mi gobierno es la de trabajar con determinación para que Colombia sea un país más y mejor educado, más justo, con oportunidades para todos los colombianos y sobretodo, para que sea un país en paz. Los avances que conseguimos en esos frentes son evidentes, así como los logros en crecimiento económico, lucha contra la pobreza y generación de empleo. Soy de la tercera vía, basada en el compromiso con el progreso social y la responsabilidad fiscal.
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