Karol Nawrocki asume la presidencia de Polonia tras una ajustada victoria electoral

14:08 | Lunes 02 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En una contienda electoral marcada por la polarización, Karol Nawrocki, respaldado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Polonia con el 50,89% de los votos, frente al 49,11% obtenido por el actual alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, representante de la Plataforma Cívica. La diferencia de apenas 369.591 votos refleja la profunda división en el electorado polaco.

Nawrocki, historiador de formación y exboxeador, es conocido por su ideología nacionalista y conservadora. Durante su campaña, adoptó posturas críticas hacia la Unión Europea y promovió políticas alineadas con la derecha radical. Su elección ha generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional, especialmente en Bruselas, donde se teme que su presidencia pueda obstaculizar las reformas democráticas emprendidas por el gobierno de Tusk desde 2023.

El nuevo presidente asumirá el cargo en agosto, sucediendo a Andrzej Duda. Aunque el rol presidencial en Polonia es en gran medida ceremonial, el jefe de Estado posee el poder de veto legislativo, que solo puede ser anulado por una mayoría parlamentaria de tres quintos. Este poder podría ser utilizado por Nawrocki para bloquear iniciativas clave del gobierno, como la reforma judicial y la legalización del aborto, entre otras.

La victoria de Nawrocki también ha sido celebrada por líderes de la extrema derecha europea, incluyendo a Marine Le Pen, Viktor Orbán y Giorgia Meloni, quienes ven en su ascenso un fortalecimiento de las fuerzas nacionalistas en el continente. Además, su cercanía ideológica con figuras como Donald Trump sugiere un posible realineamiento de la política exterior polaca hacia posiciones más conservadoras y euroescépticas.

En el ámbito interno, la elección de Nawrocki podría intensificar la confrontación política en Polonia, especialmente de cara a las elecciones legislativas de 2027. El gobierno de Tusk, que había logrado avances en la restauración del Estado de derecho y en la mejora de las relaciones con la UE, enfrenta ahora el desafío de gobernar con un presidente que podría obstaculizar su agenda reformista.

La comunidad internacional observa con atención los desarrollos en Polonia, un país clave en la región y en la estructura de la Unión Europea. La capacidad del gobierno y del nuevo presidente para encontrar un equilibrio y evitar una parálisis institucional será determinante para el futuro político y económico del país.