En el Día Mundial de la Relajación, revelaron que en Argentina, la meditación aumentó un 60% desde 2018 y en la actualidad, alcanza al 41% de la población.
19:38 | Sábado 16 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Cada 15 de agosto se celebra el Día Mundial de la Relajación y, en este marco, Voices junto a su red internacional WIN dio a conocer los resultados de su última Encuesta Global. El estudio, que reúne las percepciones de 35.515 personas en 40 países, muestra un fenómeno en ascenso: la meditación y el mindfulness se expanden en el mundo.
Los hallazgos globales revelan que la meditación dejó de ser vista solo como una práctica de bienestar emocional para ocupar un rol más profundo, ligado a la espiritualidad y a tradiciones ancestrales.
En la vida moderna se ha convertido también en un recurso para gestionar el estrés, la ansiedad y la fatiga.
El crecimiento es claro: en 2018 apenas el 29% de la población mundial practicaba meditación, mientras que en 2025 la cifra asciende al 35%.
Jóvenes de entre 18 y 24 años lideran la tendencia, con un 40% que declara practicar mindfulness, frente al 26% de los mayores de 65. El mapa global muestra contrastes: India encabeza con un 79% de personas que meditan, mientras que en países como Brasil, Chile o Turquía la práctica no alcanza al 20%.
Argentina y la práctica de la meditación
Argentina aparece entre los países con mayor crecimiento. Según el relevamiento, el 41% de la población declara meditar, ya sea con frecuencia o de manera ocasional, lo que implica un aumento del 60% respecto a 2018. La práctica es más común entre mujeres, personas de 50 a 64 años, sectores socioeconómicos altos y habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. A diferencia de la tendencia mundial, aquí no son los jóvenes quienes más meditan, sino generaciones adultas.
Cambio cultural
Para Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices, este fenómeno refleja un cambio cultural más amplio. “La notable expansión de la meditación en la Argentina se inscribe en el tránsito desde las religiones tradicionales hacia formas más personales y diversas de espiritualidad. No es una pérdida de fe, sino una búsqueda de sentido por otras vías. La meditación aparece como un anclaje emocional en un mundo acelerado y fragmentado”, señaló.
Richard Colwell, presidente de WIN, destacó que la práctica trasciende fronteras y generaciones: “Aunque tiene raíces ancestrales, la meditación hoy gana importancia como respuesta global al estrés. Ya no se trata solo de sobrevivir, sino de reconectarse consigo mismos y con la vida”.
En un escenario marcado por la ansiedad, la soledad y la desconexión, el auge de la meditación se presenta como una señal clara: el deseo de millones de personas de encontrar calma, resiliencia y equilibrio en medio de la vorágine cotidiana.