La sombra del CJNG acecha Sinaloa mientras Harfuch intensifica operativos

12:49 | Viernes 27 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El reciente hallazgo de chalecos antibalas con las siglas “CJNG” en Culiacán ha generado inquietud sobre la posible llegada del Cártel Jalisco Nueva Generación a Sinaloa, tradicional bastión del Cártel de Sinaloa. La presencia de estos chalecos, detectada por marinos durante un operativo en un terreno baldío, refuerza la sospecha de un intento de alianza entre el CJNG y Los Chapitos —una facción que se encuentra en guerra abierta con el grupo rival de Los Mayo.

La DEA había advertido en mayo sobre esta estrategia conjunta, advirtiendo que dicho pacto podría alterar significativamente el equilibrio de poder criminal en el país.

Durante el operativo en cuestión, la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa informó la detención de seis personas —entre ellas tres menores—, y el secuestro de ocho armas, ocho camionetas, miles de cartuchos, marihuana, equipamiento para elaborar droga sintética y 516.030 pesos en efectivo.

El secretario federal de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó dichos resultados en su reporte de seguridad, que incluyó además la captura de diez integrantes del grupo Los Mayos. La mayoría de estos arrestos corresponden a personas vinculadas con Jesús Rafael Yocapucio (“El Cabezón”), jefe de sicarios en Tijuana, Baja California y Culiacán.

Har­fuch también anunció el envío de 1.600 militares a Culiacán incluidos 400 de fuerzas especiales, una medida que coincide con la impermeable guerra territorial entre las facciones del narco. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran supuestas patrullas con etiquetas del CJNG, aunque las autoridades aún no lo han confirmado.

Este conflicto interno ha dejado cientos de muertos —más de 600 según cifras de la DEA— y numerosos desaparecidos, lo que ha llamado la atención de organismos internacionales y medios especializados.

Analistas coinciden en que la violencia en Sinaloa representa una escalada de la narcoguerra en México, donde enfrentamientos, reclutamiento de exmilitares incluyendo colombianos, y el control de rutas de narcotráfico se consolidan como la nueva cara del crimen organizado.