Indignación en La Plata: roban en un club barrial y se llevan hasta el inodoro

11:02 | Jueves 10 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La madrugada del martes 9 de julio se convirtió en otro capítulo de inseguridad en La Plata. El Club Sporting de Melchor Romero, ubicado en las calles 161 y 514, fue blanco de un violento robo que dejó a toda la comunidad consternada. Los delincuentes ingresaron al predio, rompieron el alambrado perimetral y causaron destrozos en las instalaciones. Lo más insólito: se llevaron hasta el inodoro del baño.

El hecho fue descubierto por los profesores y dirigentes del club cuando llegaron por la mañana para iniciar las actividades deportivas con niños y niñas del barrio. La escena era desoladora: daños materiales, instalaciones vandalizadas y la ausencia de elementos básicos para el funcionamiento del espacio.

María, referente del club, expresó su frustración: “Estamos cansados de los destrozos y robos a nuestro club”. La institución, sostenida por el esfuerzo de vecinos y familias, cumple un rol social fundamental en la zona, ofreciendo clases, entrenamientos y contención a chicos y chicas. Sin embargo, los reiterados hechos delictivos ponen en jaque su continuidad.

No es la primera vez que el club sufre robos. En ocasiones anteriores, los delincuentes se llevaron cables, materiales deportivos, puertas y ventanas. Esta vez, el robo del inodoro se convirtió en símbolo del abandono y la falta de protección que sienten quienes trabajan día a día para sostener el espacio.

La comisión directiva exige mayor presencia policial en la zona, recorridas preventivas y medidas que disuadan a los delincuentes. “Nos duele tener que dar prioridad a la seguridad antes que a mejorar las instalaciones o sumar materiales para los chicos”, lamentó otra integrante del club.

Hasta el momento, no hay detenidos y se espera que la investigación avance con el análisis de cámaras de seguridad y relevamiento de datos. Mientras tanto, la comunidad se une para reparar los daños y seguir adelante, aunque con la amarga sensación de que la inseguridad sigue ganando terreno.