El diputado republicano Jeff Hourd, del estado de Colorado, presentó una iniciativa a la que adhirieron otros cinco representantes del partido gobernante.
10:22 | Sábado 26 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Por primera vez, un Papa propio crea un problema fiscal en Estados Unidos. El Congreso de Washington estudia una propuesta legislativa para proteger la ciudadanía y eximir de impuestos federales al ciudadano Robert Francis Prevost, elegido pontífice de la Iglesia Católica. El caso carece de precedentes en otras legislaciones del mundo.
El diputado republicano Jeff Hourd, del estado de Colorado, presentó una iniciativa a la que adhirieron otros cinco representantes del partido gobernante. La legislación norteamericana establece que los ciudadanos deben pagar impuestos aunque no vivan en el país, y la única manera de evitarlo es renunciar a la ciudadanía.
Se trata, pues, de proteger la ciudadanía del Papa, que es también ciudadano de Perú y naturalmente de la Santa Sede.
El proyecto del diputado Hourd reconoce la naturaleza extraordinaria del papado que lidera a los 1300 millones de católicos que hay en todo el planeta.
El Papa, monarca absoluto de la Iglesia, recibe enormes donaciones de los fieles de todo el mundo que obviamente no son para él sino para la Iglesia y se le podría exigir que pague impuestos a EEUU por muchos otros ingresos.
Una situación imposible, que obliga a la legislación de Estados Unidos a reconocer la naturaleza extraordinaria del papado.
Robert Francis Prevost nació en Chicago hace 69 años. Desde su elección el 8 de mayo último, expertos legales discuten en su país las implicaciones legales y migratorias debido a su liderazgo de un Estado extranjero.
La figura del Papa rara vez aparece en leyes civiles o fiscales
El caso en Estados Unidos es novedoso porque se plantea un proyecto que marcaría un caso legislativo sin comparaciones en el derecho internacional moderno, pero los legisladores de Washington creen con razón que el tema debe ser resuelto “lo antes posible” porque la situación obliga a prevenir un conflicto legal futuro, pues el Papa ejerce plenos poderes legislativos, ejecutivos y judiciales en el Estado Vaticano.
Mientras tanto, la Iglesia católica calla y el Congreso norteamericano considera necesario una solución urgente “para evitar ambiguedades”.