Las abundantes lluvias del fin de semana agravaron excesos hídricos en amplias zonas.
Denuncian que siguen paralizadas las obras de mantenimiento del Salado.
17:16 | Lunes 01 de Septiembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
La tormenta de Santa Rosa llegó a la pampa húmeda con puntualidad, pero esta vez generó una preocupación mayor que otras veces por dejar precipitaciones abundantes sobre una amplia región que ya venía con excesos hídricos y con poca capacidad para evacuarlos. Napas recargadas, suelos que demoran en drenar charcos y ríos que chocan con la falta de obras de mantenimiento generan una pregunta clave: ¿se salvará la producción de trigo?
“La semana pasada cayeron 120 milímetros y ayer otros 65. Y nosotros ya veníamos inundados desde las lluvias de mayo, que dejaron el 90 por ciento del campo bajo agua. Hace tres meses que no podemos llegar al campo, olvidate que los chicos tengan escuela y no se puede sacar nada de los campos, ni cereal ni hacienda”, relató a Clarín el productor agropecuario Ignacio Iturriaga, de la localidad bonaerense de Roque Pérez.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) informaron la semana pasada que zonas como Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, 9 de Julio, Pehuajó, y Lincoln enfrentaban un escenario crítico, y estimaban en más de un millón las hectáreas anegadas, con un impacto directo sobre la producción agrícola y la vida social en la ruralidad. “Se trata -remarcaban- de un panorama pocas veces visto en la provincia en las últimas décadas”.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también informó que las precipitaciones acumuladas durante el último fin de semana generaron un exceso de agua en gran parte de la región núcleo. "El trigo, que hasta la semana pasada presentaba una condición favorable, ahora enfrenta riesgos en zonas bajas y posibles complicaciones sanitarias. En paralelo, la siembra de maíz temprano deberá esperar, dado que numerosos lotes ya habían sido fertilizados y parte de esos nutrientes podrían perderse", detalló la entidad.
En este escenario se hace más evidente la falta de coordinación entre los gobiernos municipales, provinciales y nacional. Iturriaga advierte sobre la paralización de las obras del Río Salado, fundamentales para el drenaje de la zona centro-norte de la provincia de Buenos Aires. Según denunció, la falta de avances no responde a problemas presupuestarios, como argumentan las autoridades, ya que los fondos se recaudan a través de un porcentaje del impuesto a los combustibles. “Las obras del Salado siguen completamente paradas diciendo que no hay plata, lo cual es mentira. La guita está porque sale de un impuesto que pagamos todos”, afirma Iturriaga.
Luego explica que el partido de Roque Pérez es uno de los que se encuentran particularmente afectados por ser atravesado por el Salado, y aporta un dato que sirve para ilustrar la falta de planificación y coordinación entre estratos de gobierno. En ese partido bonaerense, las obras de construcción de un puente que une a la pequeña localidad de Salvador María con la ciudad cabecera se convirtió en un obstáculo más para el escurrimiento de las aguas.
“Ese puente actúa como un dique y frena toda la pasada del agua”, describió. A este problema se suma el de la Ruta 205, donde el lecho del río está demasiado alto y, al no poder acceder las dragas, el agua queda embalsada en los campos. “El agua viene de aguas arriba por una autopista que es el río Salado, se explaya en toda la zona nuestra, que no está encausada, y se frena por completo en el puente de la ruta 205 porque tiene el lecho del río original”, describe. Iturriaga detalla que originalmente el río Salado, en esa zona, tenía 60 metros de ancho y hasta 1,20 metros de profundidad. Las obras consisten en ampliarlo hasta 200 metros de ancho y una profundidad máxima de tres metros y medio, pero a la altura del puente de la 205 eso no está hecho, y hoy el ancho del río supera los dos kilómetros en lo que es un verdadero dique.
“Una obra estratégica como la del Salado y el adecuado mantenimiento de caminos y canales no hubieran evitado las lluvias ni todo el daño ocasionado, pero sí habrían permitido morigerar el impacto y facilitar el drenaje de las aguas en plazos más razonables”, advirtieron desde Carbap.
Y desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) añadieron: “La producción agropecuaria -motor del desarrollo nacional- enfrenta riesgos concretos de pérdidas de cultivos, retrasos en la siembra y daños en infraestructura productiva. La magnitud de esta situación excede la coyuntura climática: evidencia, una vez más, la ausencia de un plan de infraestructura hídrica y vial acorde a la realidad productiva y social del interior. Obras postergadas, falta de mantenimiento en caminos y canales, y la carencia de políticas públicas sostenidas han transformado cada lluvia extraordinaria en una crisis estructural”.