Desde la Unión Industrial de La Rioja, su vicepresidente Juan Serrano advirtió que la actividad fabril se encuentra en niveles similares a los de la pandemia. Reclaman medidas para proteger la producción nacional y frenar las importaciones masivas
10:08 | Viernes 17 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
La situación del sector industrial en el norte del país se agrava cada mes. Así lo señaló Juan Carlos Serrano, vicepresidente de la Unión de Industrias Riojanas, al advertir que las fábricas de La Rioja, Salta y Chaco atraviesan “una crisis sin piso”. El dirigente explicó que desde enero de 2024 se observa una fuerte caída del consumo interno, un ingreso creciente de productos importados y tasas de interés imposibles para la inversión productiva. “Estamos promediando apenas el 50 por ciento del nivel de actividad, algo igual o peor que en pandemia”, resumió.
Serrano detalló que los sectores más golpeados en La Rioja son el textil y el agroindustrial, los dos motores principales del parque fabril provincial. En muchas plantas se aplican suspensiones, reducción de sueldos o vacaciones adelantadas para sostener los empleos. “Se busca sobrevivir como sea, pero la industria está deprimida, no invierte y si se pierde un puesto de trabajo no se reemplaza”, señaló.
El referente industrial remarcó que la devaluación del inicio del gobierno de Javier Milei y el nuevo modelo económico marcaron un punto de quiebre. “Pasamos de un esquema proindustrial con créditos productivos a uno centrado en servicios, energía y minería. Hoy se importan productos subsidiados que compiten con los nuestros y eso destruye la escala local”, explicó.
Serrano insistió en que el problema no es exclusivo de Argentina. “Europa y Estados Unidos también están peleando contra la avalancha de productos chinos. No se trata de cerrarse al mundo, sino de competir con las mismas reglas”, afirmó. Según él, la industria nacional es clave para sostener empleos calificados, generar valor agregado y evitar que los jóvenes profesionales emigren.
Con el nivel de actividad en la mitad, la advertencia de los industriales del norte suena clara: la crisis del sector productivo no muestra señales de detenerse y amenaza con arrastrar a toda la estructura laboral que depende de las fábricas en provincias que, históricamente, encontraron en la industria su principal fuente de trabajo formal.