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Nervios en la Casa Rosada: ¿qué pasará el 26 a la noche y cuáles serán los cambios?

De qué se tratan las modificaciones que estudia Milei. Las peleas internas, el destino de Santiago Caputo, las negociaciones con Macri y las presiones de Estados Unidos.

Domingo 19 de Octubre de 2025

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08:17 | Domingo 19 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

No alcanzó con la alfombra roja que el personal de protocolo del gobierno de los Estados Unidos le tendió el lunes a Javier Milei en el ingreso a la Blair House, la mítica residencia para los huéspedes de honor que fue adquirida en 1942 por la administración de Franklin Roosevelt después de las reiteradas visitas de Winston Churchill. Tampoco bastó el encuentro del martes con Donald Trump en la Casa Blanca ni con la inédita compra de pesos que volvió a hacer el Tesoro norteamericano para que no se disparara la cotización del dólar. Milei atraviesa días de estrés y nerviosismo político. Son escasos sus tiempos de paz y de reflexión aguda. Su habitual ansiedad se ha trasladado al seno del Gobierno y entorpece la campaña electoral y el ejercicio cotidiano del poder. Uno de los integrantes del Gabinete lo define así: “Algunos tienen miedo hasta de hablarle”.
 
El Presidente se rodea, más que nunca, de unos pocos confidentes. A ellos les da a entender que se vienen cambios para después de las elecciones legislativas del domingo, aunque no abunda en detalles. Apenas Karina, la secretaria general, estaría al tanto de todo. La hermanísima habla poco en las reuniones grupales, a veces nada. Pero se reserva las opiniones, que en algunos casos son sentencias, para cuando se queda a solas con el líder libertario. “Prefiero ni saber lo que están hablando entre ellos. Si no me cuentan , no pregunto”, dice uno de los funcionarios más leales.
 
¿Qué tipos de modificaciones podrían anunciarse? Milei oscila, duda y, al mismo tiempo, maldice tener que correr detrás de los acontecimientos y de la presión a la que se ve sometido por sus aliados, el establishment y por lo que deslizan los mismos funcionarios cuando les ceden la palabra. No era lo que tenía en mente cuando, hace solo un par de meses, se jactaba de que el paso por las urnas sería un simple trámite y que para ganar alcanzaría con pintar de violeta la boleta, sin importar los apellidos ni las alianzas provinciales. Grave error.
 
Luis Caputo y Santiago Bausili, reconocidos por una revista financiera en Estados Unidos.Luis Caputo y Santiago Bausili, reconocidos por una revista financiera en Estados Unidos.
El caso Spagnuolo, los cierres defectuosos en muchos distritos y el escándalo que involucró a José Luis Espert, sumados a la contundente derrota en la Provincia el 7 de septiembre y a la sensación de que la baja de la inflación resulta insuficiente para una porción del electorado, ensombrecieron el panorama. Los mercados, que ya antes del triunfo del peronismo en tierra bonaerense habían mostrado cautela, se tornaron impredecibles.
 
En el entorno presidencial se debate hoy si a partir del lunes 27 encararán un proceso de decisiones quirúrgicas o si será necesario entrar con la motosierra al corazón del Ejecutivo para reconfigurar la gestión del día a día y el circuito de toma de decisiones. Atrás quedó la luna de miel en la que el primer mandatario afirmaba que estaba enamorado de sus ministros y se aferraba a aquel viejo y exitista axioma futbolístico que sostiene que equipo que gana no se toca.
 
La preocupación general es que el Gobierno luce desordenado, conminado por internas que van de Karina a Santiago Caputo y de Caputo a los Menem. Lule, el asesor karinista, simuló apartarse de las reuniones tras las denuncias de Spagnuolo que lo involucraron como parte de un presunto entramado de corrupción con los recursos destinados a los discapacitados, mientras su primo Martín, que preside la Cámara de Diputados, trabaja para mantenerse en el puesto, cuyo mandato vence en diciembre.
 
Una diputada del PRO que se reunió con él días atrás salió disparada a contarle a Mauricio Macri las cosas que decía Menem de Caputo. Lo mismo había hecho otro diputado, sobre esa y otras internas, que dejaron azorado a Macri. Hasta le leyeron una serie de chats con insultos que tenían como protagonistas a varios dirigentes libertarios. Para Macri es inadmisible que un jefe de Estado no pueda controlar a sus discípulos.
 
Las versiones se multiplicaron el jueves, cuando Milei dijo en LN+ que Santiago Caputo pasará a tener un lugar preponderante en el Gabinete. La frase descolocó a sus funcionarios, incluso a Caputo, que estaba reunido con un gobernador y se enteró por un mensaje de WhatsApp. Se ve que algo intuía Guillermo Francos. Unos días antes había apuntado contra el gurú por ejercer un cargo sin responsabilidades. Caputo no tiene firma ni se expone, por ejemplo, a hacer declaraciones juradas.
 
Mauricio Macri podría aportar nombres al futuro Gabinete.Mauricio Macri podría aportar nombres al futuro Gabinete.
Eso podría cambiar pronto si saltara formalmente al Ejecutivo. ¿Será jefe de Gabinete? Es algo que Milei le pidió cuando echó a Nicolás Posse. Aquella vez fue una sugerencia; ahora podría ser una orden. ¿Y Francos? El actual jefe de ministros es uno de los que mejor imagen conserva en la opinión pública y la clase dirigente. Milei podría darle a elegir, si aquello ocurriera, el puesto que quiera. Algunos lo ven como canciller, un cargo que Milei le ofreció cuando todavía no había asumido como presidente. En diciembre, además, se irán tres ministros para asumir como legisladores: Patricia Bullrich, Luis Petri y Manuel Adorni.
 
Francos volvió a hablar esta semana con Macri, quien ya planteó que cuenta con una lista de dirigentes que podrían sumarse si existiera una reconfiguración profunda del Gabinete. El conductor del PRO quiere ver para creer. Ya tuvo que tragar demasiados sapos. Macri, que cuestiona a Karina, valora a Francos y parece haber dejado atrás sus diferencias con Caputo, al que acusaba de hacerle operaciones de desprestigio en las redes. Ambos están unidos detrás de un mismo fin: hacer que el Gobierno amplíe su base en el Congreso y estimule el vínculo con los gobernadores para sacar leyes y sostener los vetos.
 
Es algo sobre lo que también machaca Estados Unidos, según se ocupó de afirmar durante su estadía en Buenos Aires uno de los asesores de Trump, Barry Bennett, que primero visitó la Casa Rosada para charlar con Santiago Caputo y luego mantuvo, al menos, otras dos reuniones reservadas en otros sitios. Una de ellas fue con los diputados Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo y Miguel Ángel Pichetto. Emilio Monzó estaba invitado, pero se excusó porque tenía una actividad de campaña con Florencio Randazzo. La charla fue en un departamento de Puerto Madero, con una traductora de por medio. Antes de entrar, Pichetto le preguntó a Ritondo cuánto pesaba Bennett -al que llamó risueñamente Benny Hill- en las decisiones de Trump.
 
No fue el único que se lo preguntó. La respuesta, acaso, no sea del todo clara, pero sí quedó en evidencia que conocía de antemano varias medidas. Fue él quien le anticipó al Gobierno que se venía la intervención en el mercado por parte del Tesoro varios días antes de que ocurriera. Y así se lo transmitió a los diputados ese martes, con precisión de horario y todo, mientras comía medialunas y elogiaba la pastelería argentina.
 
Estados Unidos irrumpió cuando se agotaban las reservas. Trump le suministró un tubo de oxígeno a Milei para que su política de bandas cambiarias pudiera llegar con vida hasta el día de la votación. Ese involucramiento, sin embargo, se volvió confuso el martes, cuando el jefe de los republicanos declaró que su apoyo estaba condicionado al triunfo libertario. Se tejieron distintas hipótesis acerca de lo que realmente había ocurrido. ¿Se confundió Trump, como decían en el gobierno argentino? ¿Sabía o no que se trata de una contienda legislativa? ¿Faltó muñeca diplomática en la previa? Hubo pases de factura en la comitiva que viajó a Washington y uno de sus integrantes debió intervenir para que Trump hiciera más tarde un posteo en sus redes.
 
Barry Bennett, estratega de Donald Trump, pasó una semana atrás por el despacho de Santiago Caputo.Barry Bennett, estratega de Donald Trump, pasó una semana atrás por el despacho de Santiago Caputo.
La aclaración no fue suficiente y ninguna de las teorías que circulaban impidió la caída de los bonos y la suba del dólar. Es decir, la cumbre tuvo -al menos en el cortísimo plazo- el efecto contrario al buscado y todo se agravó cuando se confirmó que no habría anuncios oficiales ese día sobre acuerdos comerciales ni acerca del swap de 20 mil millones de dólares, como habían prometido los funcionarios que rodean a Milei hasta el mismo día del encuentro. Otro desliz que generó zozobra y cortocircuitos internos.
 
Estados Unidos tiene sus tiempos y sus exigencias. Estaría pidiendo, además de una coalición política amplia que garantice un mejor funcionamiento en el Parlamento y que propicie inversiones de empresarios de su país en uranio, litio y minerales raros, una hoja de ruta económica que incluya otra política cambiaria. Por ahora interviene en la compra de pesos, que no es poco para tranquilizar los mercados en los días que restan para las elecciones, y acaba de anunciar una asistencia adicional de 20 mil millones de dólares que se suma al swap de ese mismo monto.
 
La dinámica de los acontecimientos se podría ver alterada con fuerza el domingo, cuando se corra el velo social y asome el recuento de votos. Milei insiste con que, más allá del resultado, su administración contará desde diciembre con más legisladores propios para sostener, con un tercio de diputados, los vetos presidenciales y los DNU. Parece poco, y quizá lo sea, pero es lo que hay.
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