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Donald Trump insiste en comprar carne argentina y enfrenta el rechazo de los ganaderos de Estados Unidos

El presidente norteamericano busca aliviar los precios internos con carne argentina, pero enfrenta la resistencia del sector rural y de agricultura.

Miércoles 22 de Octubre de 2025

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20:08 | Miércoles 22 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En medio de la controversia por su propuesta de importar carne vacuna desde la Argentina, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó este miércoles a los productores locales a reducir sus precios para aliviar el costo a los consumidores.
 
“Los ganaderos, a quienes aprecio profundamente, deben entender que su buen momento económico se debe a los aranceles que impuse sobre el ganado importado”, escribió el mandatario en su red social Truth Social. “Sin embargo, también deben bajar sus precios, porque el consumidor es una parte esencial de mi manera de pensar”, añadió.
 
Trump defendió además su política comercial, asegurando que su administración “salvó” al sector ganadero estadounidense gracias a las tarifas aplicadas a las importaciones. No obstante, sus recientes declaraciones sobre la compra de carne argentina desataron malestar en el corazón rural del país.
 
El acuerdo al que apunta Donald Trump
Días atrás, el presidente republicano había anticipado que Estados Unidos podría comenzar a importar carne desde Argentina como una estrategia para frenar la inflación y moderar el precio interno del producto. Según sus dichos, la medida también serviría para respaldar al gobierno de Javier Milei, a quien calificó como “un gran aliado”, y reforzar el acuerdo económico bilateral de 20.000 millones de dólares firmado entre ambos países.
 
La propuesta, sin embargo, generó una reacción inmediata y negativa por parte de la Asociación Nacional de Ganaderos (NCBA), que calificó la idea como una “intervención innecesaria en el mercado”. En un comunicado, la entidad pidió a la Casa Blanca y al Congreso que “permitan que el mercado funcione por sí mismo” y advirtió que políticas de este tipo “solo perjudican a las comunidades rurales de Estados Unidos”.
 
El director ejecutivo de la NCBA, Colin Woodall, fue aún más crítico: afirmó que el plan “crea confusión y no soluciona el problema de los precios” y señaló que la relación comercial con Argentina es desequilibrada. También advirtió sobre los antecedentes sanitarios del país sudamericano en materia de fiebre aftosa, al afirmar que un brote podría “devastar la producción ganadera nacional”.
 
En respuesta, la secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, intentó moderar el impacto político de la propuesta. En declaraciones a CNBC, aseguró que las importaciones desde Argentina serían limitadas y que se mantendrán estrictos controles sanitarios. “Argentina tiene un historial de fiebre aftosa y debemos proteger nuestra industria ganadera”, dijo. Pese a la preocupación en Washington, Argentina mantiene el estatus oficial de libre de aftosa, con o sin vacunación según la región, y no registra casos desde hace más de 20 años.
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