Conflicto Irán-Israel: ¿cuál es el alcance de los daños al programa nuclear iraní?

Los recientes bombardeos de Israel contra instalaciones nucleares iraníes han generado un impacto significativo, aunque no definitivo, en el programa atómico de Teherán. Según expertos, los ataques iniciados el viernes dañaron infraestructura clave, pero no lograron neutralizar por completo las capacidades nucleares del país. La comunidad internacional observa con atención las consecuencias de estas acciones.

La planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, ubicada en el centro de Irán, sufrió la destrucción de su estructura externa y de las redes eléctricas, según informó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Aunque la sala subterránea, donde operan las centrifugadoras principales, no fue alcanzada directamente, el corte de energía podría haber afectado su funcionamiento. Imágenes satelitales confirman que los daños son considerables, según el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional.

Por su parte, la instalación de Fordo, al sur de Teherán, no registró daños significativos. Sin embargo, en Isfahán, cuatro edificios del complejo nuclear fueron impactados, incluyendo un laboratorio químico y una planta de conversión de uranio. Estas estructuras son clave para el procesamiento de material nuclear, lo que pone en duda el estado de las reservas de uranio enriquecido de Irán, un punto crítico en el conflicto.

Los daños al programa nuclear de Irán

Expertos coinciden en que destruir por completo el programa nuclear iraní es una tarea compleja. Las instalaciones de Natanz y Fordo, fortificadas y subterráneas, requieren armamento especializado que Israel no posee, según Ali Vaez, del International Crisis Group. Además, el conocimiento técnico acumulado por Irán y la posible transferencia de uranio a sitios secretos complican aún más los esfuerzos israelíes. La muerte de nueve científicos en los ataques no detendría el avance técnico de Teherán.

A pesar de los daños, el OIEA no detectó incrementos en los niveles de radiación, lo que reduce los riesgos inmediatos para la población. Sin embargo, un ataque a la central nuclear de Bushehr podría generar graves consecuencias ambientales y sanitarias, advirtió Kelsey Davenport, de la Arms Control Association. Rafael Grossi, director del OIEA, enfatizó que los sitios nucleares nunca deben ser blancos de ataques debido a su potencial impacto humanitario.

La situación se agrava por la falta de cooperación de Irán con el OIEA, especialmente tras el abandono de ciertos compromisos del acuerdo nuclear de 2015. Actualmente, Irán posee más de 400 kg de uranio enriquecido al 60%, muy cerca del nivel necesario para una bomba atómica. Aunque no hay pruebas de un programa militar activo, los ataques podrían empujar a Teherán a reconsiderar su postura, aumentando la tensión en la región.