Efecto tijera: el ajuste de la clase media con recortes en gastos en salud, ropa, salidas y hasta en el transporte
Caen las compras cotidianas frente a la suba de gastos fijos como tarifas y la menor disponibilidad de ingresos.
Uno por uno, los 20 consumos que se redujeron.
Domingo 24 de Agosto de 2025
21:29 | Domingo 24 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Con un consumo a dos velocidades, se acentúan las disparidades en las ventas en una Argentina hoy dividida entre los que no llegan a fin de mes y los que viven 'dolarizados', graficó Moiguer y Asociados.
Mientras que el dólar estable incentiva los viajes al exterior y la vuelta del crédito potencia la adquisición de bienes durables, inmuebles y autos; las compras cotidianas siguen golpeadas frente a la suba de gastos fijos como las tarifas de servicios públicos que impactan en el presupuesto familiar y la menor disponibilidad de ingresos de los hogares.
El consumo masivo repuntó 3,1% interanual en julio y volvió al camino ascendente que inició en marzo y se interrumpió en junio. Pero en lo que va de 2025, acumula una tímida recuperación de 0,8%.
En este contexto de desaceleración de la inflación, pero de salarios que no recuperan el poder adquisitivo perdido, la clase media se siguió ajustando y pasó la “tijera” en consumos diarios, aunque lo hizo menos que en el arranque de 2024, cuando se sintió más fuerte el efecto de la devaluación, coinciden los especialistas.
Distintos relevamientos dan cuenta de recortes en al menos 20 gastosen el último año: desde básicos como alimentos, salud, educación y ropa, hasta salidas de esparcimiento, con diferentes niveles de intensidad según el rubro.
Un 39% limitó la compra de indumentaria y accesorios. Foto: archivo
Recortes en consumos básicos
En los últimos doce meses, según Bain & Company, un 48% restringió la compra de alimentos, en tanto un 39% limitó la de indumentaria y accesorios, así como un 20% acotó su gasto en transporte y un 19% redujo su consumo de electricidad.
Alejandro Perez de Rosso, socio de la firma y responsable por su oficina de la Argentina, explicó que “estamos frente a un consumidor equilibrado en un año electoral y una transición de modelo económico que está dando frutos más lento de lo esperado y con volatilidad”.
“Cierta recuperación del salario real y la mayor oferta de créditoimpulsan a categorías como durables, a la par que las expectativas sobre el avance del tipo de cambio generan consumos 'dolarizados' como autos y viajes. En paralelo, la suba de los gastos por encima de la de los ingresos lleva a buscar alternativas en consumos diarios: reducir cantidades, eliminar ciertos artículos, migrar a marcas más económicas, comprar con promociones y hasta hacer cosas uno mismo”, comparó.
Según el informe que realizó, el estado de ánimo es negativo para el 48%, pero hay un 58% que es optimista de cara a la situación económica del país en los próximos cinco años.
Un 10% recortó el consumo de carne y un 10% dejó de comprar primeras marcas. Foto: archivo
Para Management & Fit, el panorama es similar: un 29% considera positivo el escenario actual y un 45% cree que mejorará a futuro.
Según la firma, aunque la cantidad de consumidores que cambiaron hábitos bajó de 90% a 80% de mayo a julio, la situación es transversal. “Todos los sectores tuvieron algún recorte”, precisó su directora ejecutiva, Lara Goyburu, y agregó que un 44% tuvo dificultades para cubrir los gastos del mes, aunque cayó de 17,4% a 16,7% el número de los que presentan severos problemas.
Del reporte se desprende que un 10% disminuyó el consumo de carne y otro 10% dejó de comprar primeras marcas, optando por segundas o las de supermercados. A su vez, un 7,3% retrasó o dejó de pagar algún servicio. En menor proporción, 3% recortó en salud y 1,1% en educación.
Recortes en esparcimiento y estilo de vida
También se ajustaron gastos superfluos. Según Bain & Company, un 22% achicó su consumo de artículos de cuidado personal y un 13% de productos de belleza.
Otro foco de recorte que detectó fue el esparcimiento puertas adentro: 17% bajó gastos de suscripciones o servicios de streaming y 28% redujo entregas a domicilio.
La vida social también se restringió. Un 21% bajó el consumo de alcohol y un 32% las visitas a restaurantes y cafeterías.
Sobre este punto, Kantar destacó que un 76% disminuyó la frecuencia de salidas a comer afuera, retracción que se acentúa en los segmentos más bajos de la pirámide y llega a 85%. El dato más sobresaliente es un 50% que dijo que rara vez al mes lo hace. La principal desmotivación es el precio alto, con el 74% de las opiniones.
Los lugares preferidos de quienes mantienen esta costumbre son restaurantes casuales (61%), locales de comida rápida (38%) y cafeterías (29%). “En turbulencia económica y con un público más exigente, las marcas deben ir más allá de la conveniencia y ofrecer una experiencia diferente para blindar el vínculo con el cliente y ganar nuevos”, aseguró Luciana Dellisanti, Client Lead de la división Insights de Kantar Argentina.
Al respecto, según Management & Fit, un 10% redujo las comidas fuera del hogar. También un 7% moderó las salidas culturales y recreativas, así como un 8% dilató viajes o escapadas. En síntesis, señaló que un 17% postergó compras no esenciales.