Ariel García Furfaro: del laboratorio cuestionado al resguardo del legado de Maradona

11:19 | Miércoles 27 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Ariel García Furfaro, titular del laboratorio HLB Pharma —implicado en la producción de fentanilo contaminado que provocó al menos 96 muertes—, ha vuelto a ser noticia por un hecho de naturaleza muy distinta. En 2022, García Furfaro adquirió por 900 mil dólares el emblemático chalet de Villa Devoto que perteneciera a Diego Maradona, y lo convirtió en un espacio de encuentro durante el Mundial de Qatar.

La propiedad, ubicada en José Luis Cantilo al 4500, había sido ofrecida en subasta sin éxito un año antes. La compra se mantuvo en reserva durante varios días, hasta que se reveló que el empresario, junto a sus hermanos Diego y Damián, fue quien concretó la operación. Según relató en entrevistas, su motivación fue evitar que el inmueble fuera demolido por desarrolladoras inmobiliarias, preservando así un ícono de la historia futbolística argentina.

Durante el Mundial de Qatar, García Furfaro abrió las puertas de la casa para que vecinos, fanáticos y periodistas pudieran ver los partidos de la Selección Argentina. La iniciativa incluyó organización de asados comunitarios, servicios de limpieza y seguridad, y una estricta política de no permitir alcohol. La casa se convirtió en un punto de encuentro cargado de mística, especialmente durante la final contra Francia, donde se vivió una jornada de intensa emoción.

En 2023, el chalet también fue utilizado como búnker de campaña por el entonces candidato a jefe de Gobierno porteño, Roberto García Moritán, quien accedió al inmueble mediante un alquiler simbólico. El político lo describió como un espacio puesto en valor por un “filántropo comprometido con la cultura, la educación y la salud”.

La casa de Villa Devoto fue adquirida originalmente por Maradona en la década de 1980 como regalo para sus padres, Doña Tota y Don Chitoro. En ella convivió con su familia antes de mudarse a la célebre residencia de Segurola y Habana. Hoy, gracias a la intervención de García Furfaro, el inmueble permanece como un lugar de memoria colectiva y devoción futbolera.