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Lara Ghione: la niña prodigio que desafía los límites de la educación tradicional

A los seis meses decía “mamá”, a los cinco años aprendió a leer sola y hoy, con apenas doce, fue admitida en una universidad. Su historia conmueve y plantea interrogantes sobre el sistema educativo y el acompañamiento a niños con altas capacidades.

Jueves 28 de Agosto de 2025

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10:44 | Jueves 28 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Lara Ghione, oriunda de Funes, Santa Fe, es una niña que desde sus primeros meses de vida mostró signos de desarrollo cognitivo extraordinario. A los tres meses ya se sentaba, a los seis comenzó a hablar, y antes de cumplir el año mantenía conversaciones completas. A los cinco años, sin instrucción formal, tomó un libro y comenzó a leer por iniciativa propia. Estos hitos, que podrían parecer anecdóticos, fueron el preludio de un recorrido educativo atípico y desafiante.

Su madre, Yamila Romero, relata que el camino hacia un diagnóstico certero fue largo y complejo. Lara fue finalmente evaluada por el Servicio de Neuropsicología Infantil de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se confirmó que posee Altas Capacidades (AACC) y Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Este doble diagnóstico explica su inteligencia superior a la media, su sensibilidad elevada y su forma particular de procesar la información.

A lo largo de su escolaridad, Lara enfrentó múltiples obstáculos. En primer grado, durante la pandemia, le dieron por aprobado el ciclo sin cursarlo, ya que dominaba todos los contenidos. En seis instituciones educativas le negaron la matrícula por no estar preparadas para acompañar su desarrollo. Finalmente, encontró contención en el colegio Biró de Fisherton, donde cursa sexto grado y ha logrado integrarse socialmente sin adelantar años, decisión tomada para preservar sus vínculos afectivos.

El punto culminante de su historia llegó cuando la Universidad Abierta Interamericana (UAI) le otorgó un permiso especial para cursar una diplomatura en Community Management, convirtiéndola en la estudiante universitaria más joven del país. La institución hizo una excepción a la normativa que exige ser mayor de edad y haber finalizado el secundario, reconociendo sus capacidades excepcionales.

Lara combina sus estudios universitarios con actividades propias de su edad: danza, vóley, cine y redes sociales. Su sueño es convertirse en locutora, y ya ha dado charlas sobre bullying en su escuela, demostrando una madurez comunicativa notable. Su caso plantea la necesidad de revisar los modelos educativos vigentes y de generar espacios inclusivos para niños con talentos extraordinarios.

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