El gobernador bonaerense finalmente visitó a la ex presidenta en el domicilio en el que cumple la prisión domiciliaria. No hubo foto. De qué hablaron
20:22 | Miércoles 01 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Finalmente, luego de más de 100 días de detención y tras los reclamos del kirchnerismo duro, Axel Kicillof visitó a Cristina Kirchner en su departamento de San José 1111, donde la ex presidenta cumple con la prisión domiciliaria.
Según pudo saber Infobae, el encuentro ocurrió este miércoles durante una hora y media y fue considerado, por fuentes de ambos lados, como “bueno” y “constructivo”. No hubo foto. La falta de una imagen desnuda, de mínima, que hay una tensión letente que no se saldó en una sola reunión. Aunque reconocen que hubo “buena predisposición” en el ida y vuelta entre ambos.
El contenido de la conversación fue principalmente electoral, pero también hablaron sobre la situación nacional en general y la internacional. De un panorama complejo para la Argentina pese al apoyo rotundo que le dio el gobierno de Donald Trump.
“Hay que sumar fuerzas para la elección de octubre”, coincidieron desde ambos entornos. Ese fue el eje central de la conversación. Ahí está la clave de este momento del peronismo bonaerense. Más allá de las diferencias, la importancia es juntar voluntades bajo el mismo techo. En ese sentido, remarcaron también que “las energías están puestas en ganar la elección de este mes”.
Axel Kicillof en el momento
Axel Kicillof en el momento que sale de la casa de Cristina Kirchner (Ayelén Berdinas)
La última vez que se vieron fue el 10 de junio, en el PJ, antes de que CFK fuera detenida. En aquella oportunidad, el Gobernador estuvo menos de una hora dentro de la sede histórica del partido, que estaba plagada de dirigentes del kirchnerismo que esperaban, junto a ex presidenta, la confirmación de su condena en la causa Vialidad por parte de la Corte Suprema de Justicia.
Esa tarde Kicillof entró a histórico edificio en el auto de la gobernación y fue cuestionado por la militancia cristinista con cánticos que le recordaba que el liderazgo del peronismo estaba en manos de una mujer y que esa mujer era Cristina Kirchner. Fue un momento de mucha tensión y cargado de reproches. Un capítulo de la historia reciente del peronismo.
El último mano a mano entre ellos ocurrió el 6 de ese mismo mes. En ese momento ambos decidieron armar una mesa para discutir las condiciones de la unidad. La convergencia de todos los sectores en una lista única. Fue uno de los pasos que destrabó la negociación en el medio de una interna descarnada.
Los principales dirigentes del cristinismo le venían reclamando a Kicillof, públicamente, que visite a la ex presidenta en su lugar de detención. Aunque no lo digan a viva voz, para evitar que reflote la interna, piensan que el tiempo que dejó pasar para ir a verla expone su intención de alejarse. Además, lo consideran un desagradecido. Es la misma línea de acusaciones que se mantiene en el tiempo pero que está ocultada por la campaña y la necesidad de mostrarse compactos.
Kicillof sale del PJ en
Kicillof sale del PJ en la tarde donde se vio por última vez con CFK (RS Fotos)
En el kicillofismo había algunos dirigentes que pensaban que lo mejor era que la reunión se haga después de las elecciones del 26 de octubre, para evitar cualquier cortocircuito previo a la disputa electoral. El peronismo, en su conjunto, se está dedicando a confrontar a Milei en temas muy puntuales. Está aplicando una clásica estrategia. Que se desgaste el rival político envuelto en sus propios problemas.
Kicillof tiene la intención de buscar un acuerdo de convivencia con CFK. Pretende que ordene a su tropa más dura para que no jueguen en su contra dentro de la gestión bonaerense. Es decir, busca frenar el fuego amigo y lograr que su liderazgo en la provincia se mantenga firme y transite una senda de crecimiento. Ni la guerra ni la sumisión. Así lo define ante sus íntimos.
El mandatario provincial había recibido la habiltación de la Justicia para ir a visitarla y se esperaba que por estas horas ese encuentro se concretara. Sucedió a poco más de veinte días de las elecciones generales y, por ahora, no hubo señales de que ese encuentro no haya sido fructífero. Un reencuentro para achicar las grietas internas y jugar en conjunto hacia adelante. No es la solución final, pero sí un primer paso hacia adelante.