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Con otra actuación notable de Di María, Rosario Central le ganó un partido caliente a River y manda en la tabla anual

En un cruce repleto de campeones del mundo, Di María sacó su chapa y se fue ganador del Gigante de Arroyito. Borja había puesto el 1-0 rápido pero Ibarra empató para llevar el partido igualado a los vestuarios.

Lunes 06 de Octubre de 2025

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00:00 | Lunes 06 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

River no pudo prolongar la alegría que había tenido en la semana en Rosario y sigue sin despegar en el Torneo Clausura. En el Gigante de Arroyito, el mismo escenario en el que le había ganado a Racing el jueves por la Copa Argentina, cayó con Rosario Central y acumuló su tercera derrota consecutiva en la Liga Profesional, en un duelo también clave por la tabla anual en la que ahora quedó tercero, detrás de su rival de anoche y de Boca.
 
Ángel Di María tuvo una noche de mucha inspiración y condujo a su equipo a una gran victoria en el reencuentro con varios ex compañeros de la Selección, aunque dentro del análisis no se puede excluir que Yael Falcón Pérez, el árbitro, desvirtuó en un momento el encuentro y no midió con la misma vara las amarillas. A River le sacó ocho -dos fueron para un mismo jugador, al que echó- y a Central solo dos.
 
Y eso que el VAR lo había ayudado a resolver bien en una situación importante. Fue la del gol anulado a Borja, dado que en la repetición de una de las cámaras se ve que la pelota, antes de entrar al arco, le pega a Colidio, quien estaba en la línea, sin el arquero Broun y con un solo jugador visitante detrás.
 
Pero, la expulsión a Portillo, quien pecó de ingenuo ya que en un puñado de minutos agarró del cuello a Di María tras hacerle una falta y le metió una zancadilla antes de que entre al área, estuvo condicionada. Es que la primera amarilla llegó después de que Pérez haya ignorado una falta de Ibarra a Acuña que era merecedora de una amonestación.
 
El partido tuvo un click en ese momento. Y eso que había arrancado mejor River el encuentro, algo que confirmó con una gran jugada entre Juanfer Quintero y Miguel Borja que terminó con el gol del delantero (no la metía desde la primera fecha con Platense) tras un pase magistral del talentoso enganche. Sin embargo, el equipo de Gallardo no pudo sostener demasiado tiempo la ventaja. Otra vez volvió a sufrir tras una pelota parada, algo que había corregido ante Racing.
 
 
Tras un centro de Di María, River cometió una serie de errores no forzados en el área. Acuña rechazó mal, Armani dejó un puñetazo corto y Colidio no pudo dominar la pelota, que le rebotó en el pecho. Ibarra se la robó, arremetió y con un zurdazo estampó el empate.
 
Hasta ahí, el partido era fútbol en estado puro. Pero, empezó a desvirtuarse rápidamente. Y mucho tuvo que ver el árbitro Falcón Pérez, a quien se le fue el encuentro de las manos y se lo notó nervioso, sacando rápido muchas amarillas.
 
Gallardo tomó nota de la situación y sacó a Acuña, uno de los que corría riesgo de expulsión. Aunque también estaba con una molestia en una de sus rodillas. En tanto, el medio lo intentó reordenar con Castaño de volante central, con Galoppo cerca suyo y Juanfer a la derecha. Del otro lado, Holan también metió mano y cambió a Coronel, el único amonestado que tenía.
 
 
Quizás el Muñeco no quiso sacar rápido de nuevo a Juanfer -tampoco reemplazó a uno de los de arriba- y River quedó partido en el medio. Demoró con los cambios el entrenador. Y Central lo aprovechó y fue con todo por el segundo.
 
Di María, que dio un concierto futbolístico en el segundo tiempo, le mostró la pelota a Casco y le amagó como ya lo había hecho con Acuña y mandó un centro que Montiel rechazó corto y a la carrera Malcorra le rompió el arco a Armani. Y después un cabezazo de Giménez dio en el palo y en otra, Véliz no pudo mandar a la red un buen centro de Di María.
 
 
De los pies del zurdo campeón del mundo nacieron cada uno de los ataques de peligro de Central en el complemento. Y cada vez que aceleraba, el equipo local quedaba cerca de liquidar el partido pero no podía hacerlo. Ya sea por impercia para definir o por Armani.
 
River seguía vivo y tuvo ímpetu para buscar el empate con 10 hombres. Nacho Fernández metió algunos centros y Dadín casi lo empata pero la pelota dio en el palo.
 
Central sufrió en el final por el amor propio de su rival, pero festejó con su gente, después de que adicionaran apenas 4 minutos. Y los jugadores de River se fueron con toda la bronca, descargada contra Falcón Pérez.
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