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Paraguay: uno de los países más seguros para Estados Unidos

Estados Unidos clasificó en el Nivel 1 a Paraguay para viajeros, destacado por su estabilidad y baja criminalidad en zonas turísticas

Sábado 27 de Diciembre de 2025

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16:53 | Sábado 27 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Desde la asunción del presidente Santiago Peña Palacios, del ministro del Interior Enrique Riera Escudero y del comandante de la Policía Nacional de Paraguay, el comisario general comandante Carlos Humberto Benítez González, se intensificó la seguridad en todo el territorio nacional y, en particular, en la denominada Triple Frontera, integrada además por Argentina y Brasil.
 
Acuerdos con Estados Unidos e Israel
Desde la asunción del presidente Peña Palacios, el 15 de agosto de 2023, Paraguay suscribió convenios de trabajo conjunto con Estados Unidos e Israel, entre otros países. De hecho, efectivos de seguridad de Paraguay realizaron cursos intensivos en Israel.
 
En octubre pasado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, firmaron en Washington un Acuerdo sobre el Estatuto de Fuerzas (SOFA), que regula la presencia y actividades del personal militar estadounidense en el país sudamericano, con el objetivo de reforzar la cooperación en seguridad regional y combatir grupos “que operan como organizaciones terroristas”.
 
La seguridad paraguaya en la Triple Frontera es intensa y coordinada frente al crimen organizado, especialmente en operaciones contra el Comando Vermelho brasileño, con refuerzos de efectivos y operativos conjuntos como “Escudo Guaraní”. No se descarta que este grupo criminal tenga relaciones muy estrechas con células de Hezbolá que operan en la Triple Frontera.
 
También existe un trabajo constante de lucha contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una guerrilla marxista que opera en el norte de Paraguay desde 2008, vinculada al Partido Patria Libre, que busca una revolución agraria y lucha contra el Estado y los estancieros, cometiendo secuestros y extorsiones. Ha sido enfrentada por las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) de Paraguay. Esta guerrilla mantiene una estrecha relación con el Comando Vermelho.
 
Paraguay destacado en seguridad: Nivel 1
Si bien no todos los efectivos policiales egresados hace unos días de la Academia Nacional de Policía reforzarán la frontera, esta cantidad, que se suma a los que ya están en pleno trabajo, permitirá seguir intensificando la seguridad en todo el territorio paraguayo.
 
Hoy, este país es considerado uno de los más seguros de la región. Está clasificado por Estados Unidos en el Nivel 1 (precauciones habituales) para viajeros, destacado por su estabilidad y baja criminalidad en zonas turísticas, aunque se recomienda precaución en departamentos fronterizos como Alto Paraná, Amambay y Canindeyú por la presencia de crimen organizado, según informes de 2025.
 
El comandante de la Policía Nacional de Paraguay, el comisario general comandante Carlos Humberto Benítez González, mantuvo una entrevista exclusiva con MDZ en la que se refirió principalmente al cambio de imagen positiva y al avance en la prevención del delito que registra la institución desde la asunción del presidente Santiago Peña Palacios.
 
“Estamos ganando la batalla”
— ¿Qué significa que hayan egresado 5.000 nuevos efectivos de la Academia de Policía de Paraguay?
 
— Hablemos desde dos puntos de vista. El primero es el fortalecimiento institucional, porque, desde que yo recuerde, en los 37 años que llevo en la policía, son situaciones inéditas e históricas. La camada 2025 es la segunda, porque la primera de 5.000 policías fue hace un año. Por eso, para nosotros como policías, nos eriza la piel entrar en un escenario deportivo como el Estadio Defensores del Chaco, que, amén de ser un lugar donde la selección paraguaya y los clubes importantes disputan sus encuentros, es un símbolo de la identidad nacional. Durante la guerra contra Bolivia fue utilizado para grandes formaciones de soldados que iban al frente. Es por ello que para nosotros fue un orgullo y un honor formar parte de esa rica historia desde el punto de vista policial.
 
El primer punto es el fortalecimiento institucional, porque venimos de una necesidad imperiosa de contar con más efectivos. Según los estándares internacionales, Paraguay debería tener 3,3 policías por cada 1.000 habitantes, y solo contábamos con casi 1,5 por cada 1.000 ciudadanos. Esto hacía, como se dice futbolísticamente, que ya estuviéramos perdiendo desde los vestuarios frente a los delincuentes y al crimen organizado.
 
— ¿Cuál es la línea del gobierno nacional para fortalecer la seguridad?
 
— La nueva línea de gobierno, al asumir el presidente Santiago Peña Palacios, es fortalecer la seguridad. El presidente planteó que en sus cinco años de gestión debemos contar con 25.000 nuevos policías: 5.000 por año. Con esta cantidad de efectivos nos convertimos en una herramienta válida para dar más tranquilidad, más seguridad y llevar garantías a toda la ciudadanía.
 
— ¿Cómo es la formación policial?
 
— Los egresados tienen una formación de tecnicatura. Rinden un examen de admisión; anualmente se presentan entre 16.000 y 17.000 candidatos para 5.000 plazas. Un porcentaje es para mujeres, otro para varones y otro está reservado para pueblos originarios. El examen de ingreso para suboficiales es tomado por la Universidad Nacional de Asunción, a través del Centro Nacional de Cómputos, que se encarga íntegramente del proceso. Nosotros, como Policía Nacional, recibimos el resultado de esa selección. Luego realizamos los exámenes psicotécnicos, psicológicos, médicos y físicos.
 
— Ante la falta de efectivos policiales, la respuesta a la comunidad era difícil…
 
— Reconozco que sí. Cuando la gente llamaba al 911 o a la comisaría jurisdiccional, muchas veces la respuesta no llegaba porque no teníamos suficientes policías. A eso se sumaba la carencia logística y la falta de patrullas. Por eso valoramos enormemente la gestión del presidente, que en muy poco tiempo convirtió proyectos en realidades. En décadas no se vio el crecimiento que tuvo la policía en estos primeros años de gobierno. Se redujo la tecnicatura de dos años a uno, pero se mantuvo el diseño curricular y la carga horaria mediante doble escolaridad. El estudiante recibe la misma formación, con un mayor esfuerzo, y luego realiza prácticas en comisarías, lo que permite brindar un servicio profesional acorde a las exigencias ciudadanas.
 
— ¿Y la formación de oficiales?
 
— Los oficiales rinden el mismo examen de ingreso, con absoluta transparencia. La Academia Nacional de Policía forma a futuros líderes y gerentes de la institución. Es una carrera de cuatro años de internado, con egreso como licenciados en Seguridad. El cupo es de 150 alumnos por año. El límite de edad para oficiales es de 23 años y para suboficiales, de 26.
 
— Es mucha responsabilidad llevar un arma. ¿Cómo se instruye en ese sentido?
 
— El arma se utiliza únicamente ante un requerimiento delictivo y si es estrictamente necesario. Hemos evolucionado mucho como institución. Tuvimos episodios lamentables en el pasado por falta de formación, pero hoy contamos con protocolos estrictos que el personal maneja al detalle.
 
— ¿Cómo logró la Policía Nacional recomponer la relación con el ciudadano?
 
— Fue un proceso largo. En décadas no gozamos de la confianza ciudadana. En los últimos años trabajamos intensamente en comisiones de seguridad ciudadana e instancias de interacción. Hemos invertido mucho tiempo y hoy podemos decir que, en gran medida, se han restablecido los vínculos entre la ciudadanía y la policía.
 
— ¿Cómo se organizó la seguridad en finales de la Copa Sudamericana?
 
— La clave es la cooperación. Trabajamos con el gobierno argentino, la Policía Federal, agencias de inteligencia, Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria y Penitenciaria, además de la AFA, cruzando datos de personas con restricciones. Esto permitió evitar riesgos y garantizar que las familias pudieran disfrutar del espectáculo.
 
— En lo personal, ¿qué lo llevó a elegir la carrera policial?
 
— Mi padre fue policía y trabajó muchos años en Encarnación. Mis hermanos y yo seguimos esa vocación de servicio. Ser policía implica estar disponible las 24 horas, los 365 días del año. Tengo un hijo que acaba de recibirse de médico y una esposa docente. En casa siempre convivieron las vocaciones de servicio: mi padre policía y mi madre docente.

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