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La pelea por los despachos del Congreso: cuáles son los más codiciados y quiénes podrían quedarse con la llave

En Diputados, los libertarios quieren tomar un sector tradicional del radicalismo. Qué pasará con el salón de La Cámpora. En el Senado, Villarruel podría aceptar algunos acuerdos de traspaso.

Jueves 20 de Noviembre de 2025

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19:29 | Jueves 20 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En enero de 2016, Emilio Monzó, en ese momento presidente de la Cámara de Diputados, tuvo su primer gesto de enfrentamiento con el kirchnerismo al mover a Máximo Kirchner del despacho que ocupaba en el Palacio Legislativo desatando una crisis que obligó a la intervención del personal de seguridad e incluyó a militantes pasando la noche en la amplía oficina del jefe de La Cámpora.

A casi una década de aquella disputa por el despacho que perteneció en su momento a José María Díaz Bancalari; el presidente de Diputados, Martín Menem, y la titular del Senado, Victoria Villarruel, buscan que los legisladores salientes entreguen los mobiliarios ante la asunción de la nueva composición del Congreso.

Pero en ambas cámaras es tradición que el legislador saliente le deje la llave de su oficina a un electo que esté dentro de su línea política. Obviamente, ese gesto no es gratuito porque aquel que termina su mandato, con la oficina también agrega algún asesor político o una secretaria.

Lo cierto es que el incidente entre Máximo Kirchner y Monzó afianzó la estrategia de pernoctar en el Congreso días antes de la asunción para que el legislador entrante no pase por la experiencia que vivieron los senadores de Santa Cruz José María y Natalia Gadano, quienes pasaron sus primeros días en el Senado con una oficina improvisada en un pasillo de acceso al despacho de Villarruel.

Con estos antecedentes, en septiembre, Villarruel sacó una resolución para que los 24 legisladores a los que se les vence el mandato en diciembre entreguen todo el mobiliario antes de esa fecha, incluso aquellos que fueron reelectos como el caso de Mariano Recalde.

Si bien la vicepresidenta insistió con la difusión de la medida, todavía no se vencieron los plazos y ya comienzan a circular versiones en los pasillos. Una menciona que el salteño Juan Carlos Romero, que tiene un espléndido despacho en el segundo piso del Palacio Legislativo estaría dejando todo en manos del correntino Carlos "Camau" Espínola. Frente a este caso, en el Senado lo que dicen es que puede haber "acuerdos previos", pero tendrán que ser avalados por la vicepresidenta.

El protocolo de Menem y el lugar de los radicales

En la Cámara Baja, donde las tribus suelen marcar territorio, Martín Menem quiso avanzar con una medida similar encuadrada en un nuevo protocolo, donde todos deben devolver los despachos bajo amenaza de apercibimiento. La medida tiene el valor de una normativa fijada por el titular del cuerpo, pero habrá pactos o acuerdos previos.

Por lo pronto, en Diputados hay varios espacios que entran en disputa aunque hay oficinas, como la del joven Sharif Menem, que está está en el primer piso, junto a la Presidencia, con una placa que la identifica como jefatura de Gabinete. Sin embargo, en el organigrama de las autoridades de la Cámara no aparece en forma pública.

Difícilmente ese despacho, que supo ocupar Sergio Massa cuando Monzó estaba en la presidencia, en el Gobierno de Mauricio Macri, vaya a ser parte de la pulseada que se viene. Pero hay otros sectores codiciados del Palacio Legislativo que deberían quedar desalojados a partir de diciembre porque se le termina el mandato al diputado.

El despacho que dejará el mendocino Julio Cobos. Foto: Fernando de la Orden.El despacho que dejará el mendocino Julio Cobos. Foto: Fernando de la Orden.

Entre los más preocupados están los radicales que ocupan el ala derecha del segundo piso con una vista formidable a la Plaza Congreso, grandes ventanales que dan una gran iluminación natural. Para conseguir esa área, la UCR tuvo una larga batalla, con diputados que llegaron hasta clausurar un hall de acceso a otras tres oficinas para hacer su propio despacho.

Lo cierto es que la UCR, el espacio que en la actualidad tiene 14 diputados y si se alinean todas las internas tendría una docena a partir de diciembre, debería dejar casi todas las oficinas del Palacio porque salvo Karina Banfi al resto de la bancada que tiene despacho en el Palacio se le vence el mandato.

Entre los que concluye la experiencia legislativa está Rodrigo De Loredo, titular del bloque que tiene su oficina, una sala de reuniones y una recepción. El despacho contiguo lo ocupa Julio Cobos, por ser vicepresidente de la Cámara. En síntesis, si Máximo Kirchner hizo movilizar a La Cámpora por una oficina de 77 metros cuadrados, qué deberían hacer los radicales para defender un sitio histórico.

Una zona emblemática del radicalismo en la Cámara de Diputados. Foto: Fernando de la Orden.Una zona emblemática del radicalismo en la Cámara de Diputados. Foto: Fernando de la Orden.

Sí, un sector emblemático de la UCR porque en la puerta de la oficina de De Loredo hay una placa que recuerda a César "Chacho" Jaroslavsky, un legendario diputado que para los más jóvenes tuvo aspecto de caudillo y fue una de las espadas de Raúl Alfonsín. Pero no hay que olvidarse que la actual administración ya movió varios homenajes a Néstor Kirchner.

La versión que circula con fuerza en la Cámara Baja es que el oficialismo aspira a quedarse con ese espacio, ya que hasta el momento sólo el presidente de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, tiene una oficina en el Palacio Legislativo, en el tercer piso, junto a la del santafesino Eduardo Toniolli, del Movimiento Evita, que no pudo renovar su banca.

Según dejaron trascender, Martín Menem también estaría detrás de la oficina de Oscar Zago, ex presidente del bloque oficialista. El actual diputado del MID ya había ofrecido devolver la llave del mobiliario, pero el oficialismo lo necesita como aliado.

Entre los despachos que también quedarían en manos del titular de la Cámara está el que pertenece a María Eugenia Vidal, ubicado sobre la oficina de la presidencia del cuerpo, con vista a la esquina de Combate de los Pozos y Rivadavia. Se podría decir que es una ubicación estratégica porque se puede ver quiénes se reúnen en un tradicional bar ubicado justo en diagonal.

No menos codiciada es la oficina que tiene Silvia Lospennato, quien actualmente deshoja la margarita para ver si se queda o se va a la Legislatura porteña.

A la lista de despachos que tendrá disponible Menem se agrega el de Carlos Heller, en el tercer piso, que suele ser ocupado por el peronismo, con ventanales a la avenida Rivadavia. Y muy cerca de este se ubica, la sala Néstor Kirchner, casi un templo de La Cámpora que podría correr el riesgo de ingresar en el plan de renovación.

 

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